Edward Bach fue un médico inglés que investigó entre los años 1928 y 1936 las propiedades de 38 flores de la campiña inglesa aplicables a distintos problemas emocionales. Desde entonces son conocidas como las flores de Bach. Esta terapia floral parte
de la idea de que los desequilibrios emocionales son el origen de la enfermedades físicas y mentales, por lo que “promueve un método de tratamiento capaz de armonizarlos; disminuye la intensidad de padecimientos del ánimo, como el odio, y desarrolla
la cualidad opuesta, por ejemplo, la tolerancia”.
El objetivo de este curso es que el alumno conozca las bases de esta terapia, que aprenda cuales son las principales flores que permiten aplicar estás técnicas contra las enfermedades y sus síntomas.
¿Alguna vez ha observado a personas paralizadas por el miedo? ¿Ha escuchado a alguien remontarse a tiempos pasados donde las cosas eran mejores? ¿Se siente impaciente, tenso o deprimido? Los miedos, los traumas, la soledad, la falta de amor, la frustración,
la desesperación y el resentimiento son emociones que han estado con nosotros desde tiempos inmemorables. Sin embargo, en esta época de notables avances tecnológicos, todavía tenemos que lidiar con ellas día con día. Esto no necesariamente es algo
malo, pues nos ayudan en nuestro aprendizaje y superación personal. ¿Pero que sucede cuando sufrimos estas emociones durante todos los días durante muchas semanas, meses o incluso años? ¿Cuál es el efecto que tienen en nuestra mente y en nuestro cuerpo?
Las Flores de Bach, también llamadas remedios florales de Bach o esencias florales de Bach, es la denominación genérica y comercial de un conjunto de preparados artesanales no farmacológicos, símil-homeopáticos, elaborados a partir de una decocción o
maceración en agua de flores maduras de diversas especies vegetales silvestres o naturalizadas de la región de Gales y la Inglaterra contigua, diluida en brandy (destilado del vino, usado como medio conservante).1 El preparado resultante, almacenado
convenientemente en frascos-gotero de vidrio opaco para su comercialización, es una solución hidroalcohólica diluida en proporción 1:144 (jugo de flores/brandy), sin principios farmacológicamente activos más allá del alcohol (no es un medicamento),
y por lo tanto, no posee acción biológica o fisiológica alguna (como lo demuestran varios ensayos clínicos).2 3 4 5 6 Aunque la mayoría de los «remedios florales» están elaborados cada uno según un tipo específico de flor y algunos también con otras
partes de la planta (brotes, hojas, corteza), estos preparados no son productos fitoterapéuticos. El nombre genérico «flores de Bach» o «remedios florales de Bach» hace referencia a su creador, Edward Bach (1886-1936), un médico y homeópata inglés
que inventó estos 38 preparados y desarrolló su utilización en una modalidad terapéutica conocida mayormente como flores de Bach.
El apellido de Bach es de origen galés y la pronunciación de la ch en Bach es similar a la castellana, y no como en los músicos alemanes de apellido homógrafo, que se pronuncia baj.
El Dr. Edward Bach incursionó en diferentes ramas de la medicina, primero como médico clínico y cirujano, luego en la inmunología desempeñándose como bacteriólogo y patólogo y posteriormente ejerciendo la homeopatía, ramas que pueden repartirse
en dos terrenos, el de la terapéutica y el filosófico.
Según el Dr. Bach, el uso de las flores de Bach está destinado a aliviar desequilibrios psicoemocionales y de carácter (tales como miedo, impaciencia, angustia, incertidumbre, ira, confusión, intolerancia, timidez, entre otros), para influir
o prevenir padecimientos físicos y psíquicos (enfermedades). Básicamente, Bach concibió el uso de sus remedios basándose en la hipótesis de que las enfermedades son consecuencia de trastornos o desequilibrios de la dimensión emocional-mental de la
personalidad producto de un conflicto Alma-Personalidad. Este tipo de ideas forman parte de la concepción mística de Bach sobre la salud-enfermedad.
Las influencias de vertiente terapéutica están dadas por su experiencia clínica, por su trabajo en el Hospital Homeopático de Londres, donde conoció el Organon de Samuel Hahnemann (1755-1843), por los fundamentos hipocráticos de la escuela
médica clásica y por la lectura de Paracelso (1493-1541), recuperador de la creencia popular en las «señales terapéuticas»; pero también por la inspiración recibida al asistir a unas conferencias que dio el místico alemán Rudolf Steiner (1861-1925),
fundador de la medicina antroposófica.
La vertiente filosófica está dada por la filosofía oriental (principalmente la hindú que se infiltra por medio del colonialismo), la obra de J.W. Goethe (1749-1832) y la de Martin Heidegger (1889-1976). Para sus seguidores, «Bach no solo
creó un sistema terapéutico; también creó un sistema de pensamiento. Un modelo desde el cual pensar la realidad». (B. Espeche; E. Grecco. Bach por Bach, escritos florales). El sistema de 38 flores es una simplificación y acotación de un repertorio
cotidiano de remedios homeopáticos.
Bach elaboró las primeras doce esencias de flores entre 1928 y 1932, a las que llamó Doce curadores. Luego añadió siete remedios florales más, que reconoce como ayudantes o auxiliares ante situaciones en la que los anteriores parecían tener
efectos parciales. Todos estos remedios fueron elaborados con el método solar. A partir de esto, formuló y escribió Los doce curadores y los siete ayudantes, e inmediatamente, hacia 1935, comenzó el desarrollo de un nuevo ciclo de 19 remedios preparados
mediante un proceso diferente, el método del hervor.
Bach, Edward: La curación por las flores. EDAF, Madrid, 1982.
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RESULTADOS: Cuatro estudios reunieron los criterios de inclusión/exclusión. Dos ensayos sugirieron un resultado positivo. Aquellos estudios que controlaron efecto-placebo y minimizaron el sesgo de selección a través de aleatorización fallaron en demostrar efectos más allá de una respuesta placebo. CONCLUSIÓN: La hipótesis de que los remedios florales estén asociados con efectos más allá de una respuesta placebo no está sustentada por los datos de ensayos clínicos rigurosos.
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RESULTADOS: No hubo diferencia significativa entre los grupos, pero un descenso significativo en la ansiedad de examen se presentó en todos los grupos. CONCLUSIÓN: Nosotros concluimos que los remedios florales de Bach son un placebo efectivo para la ansiedad por examen y que no tienen un efecto específico.
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