ALIMENTACIÓN EN MONTAÑA

ALIMENTACIÓN EN MONTAÑA

La alimentación en esta fase debe responder a las necesidades concretas de este deporte: predominará la toma de líquidos y de alimentos energéticos, teniendo en cuenta que el peso y el volumen deben reducirse al máximo, procurando elegir alimentos fáciles de digerir.

Los alimentos durante el esfuerzo.

Energía, poco peso y poco volumen, serán los tres rasgos básicos que reunirán los alimentos del esfuerzo. Los hidratos de carbono son la fuente más económica de energía y deben estar presentes, en alimentos tales como los frutos secos (higos, pasas, ciruelas, dátiles...), frutos oleaginosos (almendras, cacahuetes, ...), barritas de cereales y frutos, galletas, turrones, chocolate, pan de higo, membrillo, mermelada, etc. Se trata de suministrar al cuerpo alimentos con hidratos de carbono de rápida asimilación (azúcar, miel, glucosa...o de absorción media (galletas, cereales...), con el fin de evitar la aparición de síntomas y situaciones tales como calambres musculares y agotamiento.

El agotamiento no es más que el descenso de los niveles de glucosa en sangre (hipoglucemia), que se manifiesta en sensación de hambre, pérdida de fuerza en las piernas, desgana, y que puede llevar a un estado de somnolencia o postración, con el consabido peligro que esto puede suponer en una actividad practicada en montaña. Debemos responder con descanso e ingesta de agua con glucosa o azúcar u otros alimentos dulces (membrillos, leche condensada, cereales, ...). Al cabo de unos 15-20 minutos, podremos continuar la actividad, aunque a un ritmo más suave al que llevábamos previamente al desfallecimiento.

La costumbre extendida de comer embutidos no es eficaz desde el punto de vista nutritivo durante la actividad física, pues sobre todo algunos como el salchichón o la mortadela contienen mucha grasa de lenta digestión, con una energía imposible de utilizar hasta después de bastantes horas. Algunas cantidades de jamón cocido, porciones de queso fresco o fundido y sandwiches mixtos son alimentos apetecibles y apropiados en montaña. Conviene también disponer de algunos alimentos ricos en sal, tales como galletas y frutos secos salados, aceitunas, etc., para compensar las pérdidas de sal a través del sudor.

El factor peso-volumen obliga a prescindir de alimentos sabrosos e interesantes tales como la fruta fresca y ciertos platos cocinados cuyo transporte debe hacerse en recibientes (fiambreras) lo que aumentaría el peso de la mochila y con ello el gasto energético durante el esfuerzo. Los bocadillos de tortilla, cuando se lleven al monte, interesa comerlos en porciones repartidas a lo largo de la actividad.
Última modificación: martes, 11 de junio de 2013, 00:31