PRIMERA EXPLORACIÓN

PRIMERA EXPLORACIÓN

Los pies en condiciones normales, debe ser indoloros, elásticos y cálidos. Cualquier
alteración de estos parámetros puede manifestar un desequilibrio orgánico.

La primera visita será para confeccionar el gráfico físico actual del paciente, donde
aconsejamos el uso de los siguientes cinco pasos.
1.- Escuchar.
2.- Examen visual.
3.- Examen táctil.
4.- Olor corporal.
5.- Comentario.

• Escuchar: Solicitamos al paciente que nos explique con claridad todos sus síntomas
y sensaciones, y nosotros le guiamos para que nos de una visión todo lo más clara
posible sobre ellos.
• Examen visual: Observamos el color que presenta su piel y cualquier otra
alteración en ella como: sudoración excesiva, callos, durezas, heridas, desviaciones
estructurales, etc.
• Examen táctil: Comprobamos la movilidad de las articulaciones de los dedos y del
tobillo, la textura de la piel y seguidamente iremos presionando paulatinamente
sobre todas las zonas reflejas para percibir si en alguna de ellas se produce algún
tipo de dolor.
• Olor corporal: Sentimos a través de nuestro olfato el olor que desprende su cuerpo,
sobre todo de los pies, cuanto más fuerte y ácido sea, más sobrecarga de toxinas
habrá en su organismo.
• Comentario: Comentamos al paciente lo observado en los puntos examinados
anteriormente y le resumiremos el resultado de nuestra exploración, durante el
examen vamos rellenando su ficha (se adjunta un ejemplo al final del temario),
anotando las observaciones más importantes.

La primera impresión

En la terapia de zonas de reflejo se consigue un primer cuadro del estado de salud del
paciente por dos vías: por medio del reconocimiento visual y el de reconocimiento al
tacto.

El examen al tacto se efectúa sistemáticamente desde las zonas de la cabeza hasta las zonas
linfáticas, basándose en la descripción del masaje de zonas reflejos del capítulo anterior. La
palpación se realiza por medio del toque básico explicado con anterioridad (examen táctil).
En la primera palpación debe prestarse atención principalmente a las zonas anormales de
reflejos, las cuales son las que al tocarlas originan sensaciones desagradables y dolor
acentuado.

Esto indica trastornos funcionales o afecciones de los órganos internos correspondientes.
Estas zonas de reflejo deberán ser tratadas incondicionalmente en las sesiones sucesivas, y
teniendo un especial cuidado en las presiones para no dañar en exceso al paciente.
Con un poco de sensibilidad en el tacto no es raro encontrar en lo profundo del tejido
induraciones o tensiones. Todo esto indica igualmente afecciones de los órganos
correspondientes a la zona de reflejos.

El resultado de la palpación dice poco o absolutamente nada sobre el tipo de afección
existente, únicamente nos indica de forma general, que en un determinado órgano existen
alteraciones de tipo energético y fisiológico. Estas pueden haberse producido por motivos
muy diversos.

Muchas veces se obtienen diagnósticos a partir de zonas reflejo anormales ya antes de la
aparición de las primeras molestias notables, porque los trastornos energéticos, en un
principio, sólo avisan de las condiciones previas para una enfermedad. En tales casos la
Reflexología Podal aún puede ser utilizada como medida preventiva.

Mediante la regulación del suministro de energía, se logra muchas veces curar una
enfermedad todavía en el estado inicial. Incluso una inclinación
heredada o adquirida a sufrir determinadas enfermedades se expresa pronto en detección de
zonas de reflejo anormales. También entonces existe la posibilidad
de reducir mediante la Reflexología Podal, la percepción para la enfermedad o incluso
eliminar ésta totalmente.

Dolores y otros diagnósticos anormales realizados por el tacto surgen en casos de
agotamiento o sobrecarga de determinados órganos o del cuerpo entero, trastornos
funcionales psíquicos o nerviosos, estados de desgaste anormales (por ejemplo en las
articulaciones), y naturalmente en casos de enfermedades agudas o crónicas.
El diagnóstico realizado por medio del tacto, en caso de enfermedades existentes, debería
verificarse a través de otros síntomas clínicos, los cuales indicaran más claramente de
qué enfermedad se trata.

Zonas de reflejo anormales indicaran el área orgánica en el cual existen trastornos, estos
trastornos nos servirán para ampliar el diagnóstico médico alopático. Esto es muy
importante sobre todo en el caso de molestias poco claras, cuando tampoco el experto
puede decir desde un principio donde existe la enfermedad. El diagnóstico de las zonas del
pie le indicara en qué área del cuerpo debe buscar. Esto ahorra mucho tiempo y
exploraciones innecesarias.

Un papel importante juega también la observación general del pie, ya que cambios
anormales en la estructura ósea, piel y tejido indican trastornos de las zonas de reflejo, las
cuales se comunican a su vez a nivel reflejo con los órganos correspondientes.
En la disposición de los huesos del pie, muchas veces observamos los siguientes cambios:

• El pie plano influye de forma negativa a nivel reflejo sobre todo en la columna
vertebral.
• El pie cavo tiene consecuencias reflejas para los órganos de la respiración, hígado y
vesícula biliar, corazón y articulación de los hombros.
• Torsión del dedo gordo del pie hacia el lado del dedo pequeño (Hallux valgus),
con carga refleja de la columna vertebral del cuello (cervicales) y de la nuca, así
como del tiroides y del corazón.
• Otras deformaciones de los dedos del pie tienen influencia refleja, sobre todo,
sobre los órganos de la cabeza, inclusive los dientes.
• Deformaciones óseas en la parte posterior de la estructura ósea de los pies,
llevan a nivel reflejo a trastornos de los órganos del abdomen y pelvis, sobre todo
del intestino.

En las zonas reflejo de los pies podemos observar en la piel: enrojecimientos, durezas,
callos, verrugas, sabañones, etc., los cuales influyen a nivel reflejo sobre los órganos
correspondientes.

Inversamente, es posible que tales manifestaciones en la piel hayan sido posibles a causa de
trastornos de órganos internos. Naturalmente, deben tratarse también dichas deformaciones
cuando se realiza la Reflexología Podal.

En caso de infección por hongos no es posible la terapia de zonas de reflejo en las zonas
afectadas a causa del peligro de contaminación antes de ser eliminada.

Finalmente, pueden existir también hinchazones a causa de estancamiento de sangre y linfa
en el tejido de los pies en las diversas zonas de reflejo. Muchas veces tienen su origen en el
corazón o riñones, pero también otras enfermedades, solamente demostrables con seguridad
por parte del experto. Estas requieren una terapia especial.

Para finalizar es recomendable examinar los siguientes detalles:

• Calzado ancho en exceso.
• Calzado estrecho en exceso.
• Suelas demasiado rígidas.
• Tacones demasiado altos.
• Tamaño de número mayor o menor.
• Calzado con suela de goma.
• Uso abusivo de zapatillas deportivas.

Esto puede llevar a irritaciones de determinadas zonas de reflejo, aun cuando allí no puede
detectarse ningún diagnóstico visual. Desde el punto de vista de la Reflexología Podal
incluso se puede decir que la curación comienza con el calzado. Por esto en todo caso se
debe comprobar primeramente su calzado.
Última modificación: viernes, 24 de febrero de 2012, 18:36