La alimentación del pez - Las lombrices (I)

La alimentación del pez - Las lombrices (I)

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Además de las citadas formas de alimentación del anterior capítulo, existen más formas de nutrir a los peces, que se desarrollarán perfectamente con una comida adecuada. Entre otras están: las lombrices blancas, lombrices grindal, tubifex y las microlombrices.

Tubifex.- Son unas lombrices que se venden bajo esta denominación. Su color va del rojo al marrón, y su longitud oscila entre los 2 y 10 cm., según la especie. Son un alimento excelente para los peces. Algunos sólo empiezan a comer cuando se les ofrece esta lombriz. Antes de dar al pez la lombriz como alimento hay que limpiarla cuidadosamente. Es necesario tener en cuenta que provienen de aguas polucionadas y escasa corriente, donde construyen agujeros en los que se refugian. Si se capturan en un número elevado es conveniente colocar una delgada capa de arena sobre ellas y rociarlas con un poco de agua para limpiarlas y airearlas al mismo tiempo. Si están sin aire durante mucho tiempo, morirán desprendiendo un olor muy desagradable.

Un exceso de tubifex puede conducir al establecimiento de colonias de lombrices en el acuario, donde puede resultar complicado eliminarlas. Diversos peces de los que viven en el fondo, como las lochas o los corydoras, pueden llevar a cabo esta labor, pero quizá no puedan limpiar todo el fondo de forma satisfactoria. Sin embargo, mientras no sean muchas las lombrices que se establezcan, puede ser una ventaja. A pesar de ello, consumen demasiado oxígeno, lo que afecta a los filtros del acuario.

Lombrices blancas.- Guardan relación con los tubifex y son lombrices redondas y pequeñas de unos 2,5 cm. de longitud. Se encuentran en lugares húmedos como cubos de basura, jarrones de flores o cualquier zona donde haya oscuridad, humedad y materias en descomposición. La clase de lombriz blanca más cultivada es la 'enchytraeus albidus'. El mejor método de cultivo de lombrices es el de criarlas en cajas de madera, o de plástico con tierra enriquecida mediante la adición de leche y harina de avena, migas de pan o puré de patatas. No se debe enriquecer la tierra de forma excesiva; lo conveniente es situar pequeñas porciones de alimento único en la tierra y renovarlas cada pocos días. Es preciso recubrir toda la superficie con algo sólido (lo mejor es una cubierta de vidrio) y guardar la caja en un lugar fresco y seguro.

La exposición a la luz nos permite ver qué sucede bajo el cristal. Una vez retirada la cubierta superior, las lombrices se habrán desarrollado en torno a los alimentos. Si recogerlas es difícil, hay que colocar junto a ellas un poco de tierra sobre una superficie con una temperatura elevada.

Continuamos hablando de los diferentes tipos de lombrices con los que podemos alimentar a los peces.

Lombrices Grindal.- Tienen un tamaño más pequeño que las blancas, miden sobre 1,5 cm de longitud. Viven en un entorno más caliente y pueden ser cultivadas entre 21º y 24º. La técnica de cultivo es similar a la de la lombriz blanca, únicamente se diferencia en el uso de turba sustituyendo la tierra. Crecen con mayor rapidez debido a la temperatura más elevada y son adecuadas para las especies de peces de menor tamaño.

Microlombrices.- Se trata de Nemátodos del género Anguillula, que incluye la anguila del vinagre y muchas otras especies que viven en la tierra. La variedad comúnmente cultivada es la Angula Silusiae. Es un animal vivíparo de unos 2,5 mm de longitud que se multiplica con gran rapidez en un entorno favorable. Son un alimento importante para los peces jóvenes, pero de poco interés para los de gran tamaño. Su descendencia es muy pequeña y, por esta razón, es adecuada para la alimentación de alevines.

Su cultivo se realiza en recipientes de poca profundidad, con unos 0,5 cm de harina de avena o de trigo bien cocida. Hay que colocar pequeños trozos de madera empapada en agua en fila, de modo que uno de ellos emerja fuera de la comida y el resto se sumerja en ella. Así, las lombrices no sólo se encaramarán en la madera, sino que también lo harán en los laterales del contenedor. No es aconsejable dejar el cultivo descubierto y hay que guardarlo en un lugar oscuro y de temperatura elevada (hasta un máximo de 27 grados).

Es más fácil mantener una serie de cultivos que alimentar los ya existentes. Por este motivo, los nuevos cultivos se deben establecer cada semana para disponer de un suministro constante de lombrices. Éstas pueden resistir la sequía si se almacenan en recipientes herméticos para su posterior uso.

Última modificación: miércoles, 10 de agosto de 2011, 08:58