Enfoque y medidas necesarias para el abordaje

Enfoque y medidas necesarias para el abordaje

  • En primer término, para abordar un cuadro depresivo no sólo es necesario que el médico conozca su diagnóstico, sino también que el paciente tenga conciencia y conocimiento de su enfermedad, interiorizándose a la vez de su evolución y el tratamiento.
Es importante participar del diagnóstico y del tratamiento a la familia, ya sea
a los parientes cercanos o a cargo. Es conveniente mantener entrevistas vinculares periódicas con los miembros de la familia y tener un contacto permanente, procurando que asuman el problema y a la vez mantengan una actitud colaboradora.

  • Se debe siempre evaluar el riesgo de suicidio. La intención suicida del paciente puede ser manifiesta u oculta. La intencionalidad oculta se evalúa a través de la conducta y de la actitud. Por ejemplo, en casos donde hubo sintomatología depresiva intensa con ideación suicida y el paciente presenta una mejoría brusca de su cuadro, se debe sospechar siempre que ésta responda a que el paciente ya ha tomado la decisión de suicidarse y por eso se siente más aliviado, con una merma en su manifestación sintomática. En el caso de los pacientes que manifiestan sus ideas suicidas es conveniente tomar siempre en serio esas intenciones hasta que no se demuestre lo contrario.

No es adecuado limitarse a considerar sólo el componente histriónico o de ?necesidad de llamado de atención? ya que, aun así, hay pacientes que terminan
concretando el suicidio, tanto porque el equipo profesional no tomó las medidas suficientes para evitarlo, como porque el paciente, sin querer conscientemente quitarse la vida, se excedió en el medio para lograrlo.

Si se detectara la presencia de ideación o de intencionalidad suicida, se la debe comunicar al grupo familiar, indicar medidas preventivas o evaluar la internación del paciente. Es adecuado a la vez pesquisar los antecedentes familiares de suicidios, que incrementan el riesgo de concretarlo.

  • Conviene aclarar que los fármacos antidepresivos tienen un período de latencia para su comienzo de acción, que en general no es menor de 3 semanas.

La expectativa del paciente respecto del tratamiento es en general muy importante y conviene anticiparse a la frustración que suele experimentar al ver que el fármaco no le produce un efecto inmediato si no conoce el tiempo de comienzo de acción de aquél.

No obstante se debe explicar que el efecto sedante de ciertos antidepresivos puede comenzar antes de las 3 semanas y que también se pueden agregar otros
fármacos sedantes o ansiolíticos en caso de presencia de angustia o ansiedad, cuya acción se visualiza antes que la de los antidepresivos.

Si la medicación presentara efectos colaterales no muy intensos, se debe continuar con el tratamiento y explicar que esos efectos tienden a ceder espontáneamente a lo largo de la toma.

A partir del efecto del psicofármaco, y si éste es tolerado, el paciente debe saber que el tratamiento se debe llevar a cabo por lo menos durante 6 meses a fin de evitar recaídas.

Una vez que el paciente empieza a mejorar sintomáticamente se puede comenzar una psicoterapia, en general de apoyo y de contención, encaminada a mejorar la desadaptación que su padecimiento le ha producido, dejando para un momento posterior las terapias profundas, cuando éstas fueran necesarias. En tal caso se trabajaría sobre los factores psicológicos y ambientales prevalentes y desencadenantes.

Es adecuado permitir que el paciente mantenga un contacto fluido con el profesional tratante, así como también telefónico entre las entrevistas, especialmente al comienzo del tratamiento, cuando todavía no se ha logrado el efecto farmacológico debido al tiempo de latencia.

  • En los casos en que el episodio ha remitido, se deberán mantener entrevistas de control periódicas, especialmente en el período del año en el cual ha comenzado el primer episodio, ya que muchas veces las recidivas se producen en épocas del año coincidentes.

Por último, es importante estimular una comunicación fluida entre el médico clínico y el psiquiatra a fin de mantener un trabajo en equipo y poder contemplar mutuamente las contingencias somáticas, psíquicas y sociofamiliares que devienen en el transcurso de la enfermedad.
Última modificación: domingo, 22 de agosto de 2010, 21:51