En cuestión de religión ...

En cuestión de religión, nosotros estudiamos la religiosidad en su forma más profunda.
El Ser, revaluándose y conociéndose a sí mismo, es la auto-gnosis. Indubitablemente esta última, en sí misma, es la Gnosis.
El abismo que existe entre el Ser y el Yo es infranqueable, y por ésto el Pneuma, el Espíritu, se reconoce, y éste re-conocerse es un acto autónomo, para el que la razón subjetiva del "mamífero intelectual "resulta ineficaz, terriblemente pobre.
El auto-conocimiento, la auto-gnosis, implica la aniquilación del Yo, como trabajo previo urgente, impostergable.
El Yo, el ego, está constituido por sumas y restas de "elementos subjetivos", inhumanos, bestiales, que incuestionablemente tienen un principio y un fin.
La Esencia, la Conciencia, embutida, enfrascada, embotellada entre los diversos elementos que constituyen el "Mi mismo", el Ego, desafortunadamente se procesa dolorosamente en virtud de su propio condicionamiento.
Disolviendo el Yo, la Esencia o Conciencia despierta, se libera, y entonces deviene, como secuencia o corolario, el auto-conocimiento, la auto-gnosis.
Indubitablemente, la revelación legítima tiene sus basamentos irrefutables en la auto-gnosis.
La revelación gnóstica es siempre inmediata, directa, intuitiva, excluye radicalmente a las operaciones intelectuales de tipo subjetivo y nada tiene que ver con la experiencia y ensamble de datos fundamentalmente sensoriales.
La "Inteligencia"o "Nous", en su sentido Gnoseológico, si bien es cierto que puede servir de basamento a la intelección iluminada, se niega rotundamente a caer en el vano intelectualismo.
Resultan palmarias y evidentes las características Ontológicas, Pneumáticas y Espirituales de "Nous",la Inteligencia.
En nombre de la verdad declaro solemnemente que el Ser es la única y real existencia, ante cuya transparencia inefable y terriblemente divina eso que llamamos Yo, Ego, "Mi mismo", "Si mismo", es meramente tinieblas exteriores, llanto y crujir de dientes.
La auto-gnosis, o reconocimiento auto-gnóstico del Ser, dada la vertiente Antropológica del Pneuma o Espíritu resulta algo decididamente Salvador.
Conocerse a si mismo es haber logrado la plena identificación con el propio Ser Divinal.
Saberse idéntico con el propio Pneuma o Espíritu, experimentar directamente la identificación entre lo conocido y lo cognoscente, es eso que podemos y debemos definir como "auto-gnosis".
Ostensiblemente, esta develación extraordinaria nos invita a morir en si mismos (aniquilar el Ego), a fin de que el Ser se manifieste en nosotros.
La revolución que puede llevarnos al despertar de la Conciencia, tiene tres factores perfectamente definidos: Primero, morir; segundo, nacer, y tercero sacrificio por la humanidad.
Samael Aun Weor.
Última modificación: sábado, 28 de agosto de 2010, 06:01